Esbozo de los problemas organizacionales en los partidos políticos

por Francisco Javier Gómez Rodríguez

Pequeña historia del surgimiento de los partidos políticos y su transformación durante el siglo XX

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Los partidos políticos llevan una intrincada organización, no sólo para que tengan un origen o se realicen a sí mismos estructuralmente, sino que directa e indirectamente el Estado moderno ha tenido que moldearse, y a su vez organizarse, para distribuir el poder. En los párrafos que siguen, se mostrara la alta complejidad organizativa por la que los partidos han atravesado en su devenir, para ello, se seguirá un recorrido histórico de su origen y tipos, así como el análisis de sus estructuras en estudios especializados.

El origen de los partidos políticos. Problemas para organizarse

Si bien, en la literatura especializada sobre los partidos políticos existen diversas teorías sobre el origen de estos, estas giran en torno a en qué momento preciso se puede llamar a una organización partido político. Aquí es de interés el proceso histórico del liberalismo político en las sociedades occidentales, pues éste muestra en sí las dificultades que la sociedad civil tuvo para organizarse. La revolución francesa, que trajo consigo el desarrollo de la democracia y el sufragio universal, dio el primer aliento para que el liberalismo político diera el paso hacia el derecho de asociación. Sin este paso, la sociedad civil poco podría hacer para integrarse a una organización ya racional, etapa que fue alcanzada después de la legalización de los partidos (Hernández, 1997, pp. 13-20).

Para Duverger, después de los 50’s del siglo XIX, aparecen los primeros partidos políticos dentro de los grupos parlamentarios, así como también nacen externamente con la organización de los obreros a través de los sindicatos (Duverger, 1957, pp. 15-29). La distinción entre ambas teorías de origen radica en la distinción de las clases sociales, mientras que los primeros eran organizaciones de burgueses e intelectuales parlamentarios, los segundos, también llamados partidos de masas, reconocidos como socialistas, son de las clases obreras, que fueron en aumento con el desarrollo de la revolución industrial.

Organización. El problema de la representación.

Para cuando se llegó a esta etapa del desarrollo de la política liberal-democrática, categorizada por Von Triepel como Legalisierung, el problema ya no radicaba en tener o no el derecho de asociación, sino en la organización interna del partido, en su estructura. Si bien, una vez establecida dicha etapa, que consistió en establecer una normativa sobre las actividades de los partidos políticos, el intelectual Ostrogorski, primero en hacer un estudio sistemático de los partidos (1902), mostraría una visión un tanto pesimista de lo que ocurría dentro de las democracias partidistas, pues los partidos políticos someten a sus partidarios a programas que los reducen a individuos serviles, pasivos e irreflexivos y sólo benefician a las élites. El derecho al voto que ahora tenían las masas sólo había logrado el nacimiento de los políticos, intermediarios entre el pueblo y el gobierno, y esto, según él, para nada fortalecería la democracia (Martínez, 2009).

Para 1919, Weber dictaría su famosa conferencia la política como vocación. En ella, hablaría sobre estos nuevos políticos de los que ya había hecho mención Ostrogorski: “Quien hace política aspira al poder; al poder como medio para la consecución de otros fines (idealistas o egoístas) o al poder “por el poder”, para gozar del sentimiento de prestigio que él confiere.” (Weber, 1919). En esta misma conferencia, da cuenta de cómo es que funcionan las asociaciones políticas, éstas se mantienen por “relaciones de dominación de hombres sobre hombres”. Estas relaciones son legitimadas por la creencia en la legalidad fundada sobre normas racionales, sin embargo, Weber destaca el sometimiento de los súbditos al “carisma” de los “caudillos”. Los súbditos creen en el “caudillo”.

Por otro lado, el estudioso Michels (1962, pp. 67-68), al contrario de Weber, asevera que la organización es la única forma de alcanzar metas colectivas. Ejemplo de ello son los partidos socialistas, obreros con idénticos intereses. La imposibilidad de una democracia directa debido a la enorme masa poblacional hace necesario un sistema de representación que lleve a cabo la voluntad de la masa. En un principio, los representantes de las masas estaban subordinados a éstas y mediaban sus intereses con los empleadores. Estos cargos, con el paso del tiempo, empezaron a requerir especialización, ya no cualquier miembro de las asociaciones era capaz para dicho trabajo. El desarrollo de la organización exigía que sus dirigentes tuvieran conocimientos técnicos y científicos, expertos que supieran conducir la organización.

Esta nueva exigencia dentro de las organizaciones partidarias llevó a romper el equilibrio de la igualdad entre integrantes de los partidos (Michels, 1962). La organización, aseguraría Michels, tiende a la oligarquización. Esto muestra otro de los problemas organizacionales en los partidos políticos, pues la organización en lugar de beneficiar la extensión de la democracia, en realidad la mina.

El estudioso de los partidos políticos, Panebianco (1990) categorizaría el problema anterior como un prejuicio sociológico, y como prejuicio teleológico el estudio de Ostrogorski, por considerar los partidos políticos como un fin sí mismo. Para Panebianco, los partidos políticos varían dependiendo del ambiente en que se desarrollan y de la historia de su organización, es decir, los partidos políticos no tienen el mismo desarrollo, con lo cual, no puede hacerse una “ley de hierro” de la evolución organizativa. Panebianco, al mezclar la teoría de Michels y de Pizzorno, propone un tipo ideal, al estilo weberiano, para identificar las tendencias desviadas de los partidos. Ambas teorías explicarían la etapa de la institucionalización de los partidos políticos acontecida después de la segunda guerra mundial:

Con la institucionalización asistimos al paso de una fase en la que el partido, en cuanto sistema de solidaridad orientado a la realización de sus fines oficiales, se corresponde con el modelo racional, a otra sucesiva en la que, se transforma en un sistema de intereses, desarrolla tendencias oligárquicas y se desplaza en la dirección del modelo del sistema natural (Panebianco, 1990, p. 56).


Su modelo consiste en tres fases: I) Génesis; II) Institucionalización; III) Madurez. (1990, p. 57)

Fase IFase IIFase III
Sistema de SolidaridadSistema de Intereses
1. Modelo racional: el objetivo es la realización de la causa común. Ideología manifiesta.1. Modelo de sistema natural: el objetivo es la supervivencia y el equilibrio de los intereses particulares. Ideología latente.
Institucionalización
2. Predominio de los incentivos colectivos (participación del tipo movimiento social).2. Predominio de los incentivos selectivos (participación profesional).
3. Amplia libertad de maniobra de los líderes.3. Libertad de maniobra restringida.
4. Estrategia de dominio sobre el ambiente.4. Estrategia de adaptación al ambiente.

Respecto a su modelo ideal, Panebianco aclara que éste no debe considerarse como definitivo, debe considerárselo como una aproximación con la cual observar la evolución organizativa de cada partido.

Conclusión

El estudio de la organización de los partidos permite ver las complejidades que tienen para realizarse, entre origen y prevalencia, entre ideologías y fines, entre racionalización y desigualdad, entre enfoques objetivos y sacar a la luz su naturaleza moral. Este pequeño esbozo da cuenta de las vicisitudes de los partidos y los enfoques para estudiarlos.

Si bien estos estudios dan cuenta de lo que tratan los partidos políticos, el modelo ideal de Panebianco deja una apertura en la que se puede esperar cualquier cosa de los partidos y la relación que mantendrá con el Estado y la sociedad. Sin lugar a dudas, el estudio de los partidos ayuda a comprender el quehacer político de la organización de un pueblo, en la que claramente se exige una jerarquización de capacidades y distancia a unos de otros, así como la corrupción de las responsabilidades. Si bien es posible identificar diversos problemas, ¿cuál es el que mayor apremia y urge su comprensión y solución?

Referencias


Cómo citar:

Gómez, F. J. (15 de abril de 2021). Esbozo de los problemas organizacionales en los partidos políticos. Itztli. [URL].

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